El verbo celebrar se define formalmente como la conmemoración de un acontecimiento, en especial si para ello se organiza una fiesta u otro acto. Pero, para nosotros en Waiting Co., también significa desconectarse de la realidad, tiempo para compartir y decoración en abundancia.
¿Cómo lograrlo? Hay una fórmula que no falla. Ilusión, cariño y la presencia de las personas más queridas y cercanas. Esta combinación es capaz de convertir cualquier celebración y sus preparativos en una experiencia de aprendizaje tremendamente valiosa a nivel psicológico en diversos ámbitos.
¿Cuáles son los beneficios psicológicos de celebrar en los niños?
Cariño. La planificación y preparación de todo aquello que involucra la organización de una fiesta demuestra un amor sincero e incondicional, que los niños perciben como sinónimo de un afecto inmenso y sólido hacia ellos.
Autoestima. Sentir el protagonismo y el afecto que se desprende hacia ellos es una valiosísima herramienta que fomenta su autoestima, factor clave para aumentar la seguridad en sí mismos, aceptar y enfrentar sus errores. Estas actitudes los ayudarán a rendir mejor en el área académica y social, pudiendo relacionarse sanamente con su entorno.
Vínculos. Compartir momentos importantes, íntimos, entretenidos y únicos aporta vivencias comunes que todos recordarán durante mucho tiempo, lo que acerca y potencia los lazos.
Habilidades sociales. Desde la preparación de la celebración, la invitación, el recibimiento de los invitados, el compartir con ellos, entregarles las sorpresas y despedirlos, son comportamientos que incentivan la socialización.
Responsabilidad. La celebración del cumplir años hace más evidente que los niños sientan y hagan consciente su proceso de crecimiento, evidenciándose como hitos que van marcando oportunidades, adquisición de responsabilidades y el dejar ciertas cosas atrás.
Valores. Es una ocasión perfecta para enseñar y mostrar a los niños la importancia de la familia y de los amigos, lo relevante de la amistad, del compartir, de la diversión y del agradecimiento. Enseñarles a apreciar la implicación y el cariño de todos los que formaron parte de su celebración es la enseñanza más bonita que nos deja un cumpleaños. Es muy importante agradecer los gestos positivos recibidos.